martes, 20 de mayo de 2014

Llegue a una conclusión y acó Dios, sí existis, tuviste una falla enorme, y tenes que hacerte cargo:
Si nos reprodujeramos de otra manera habria muchos problemas menos, te lo aseguro. No podes poner la reproducción y el placer de la mano barba.

Pensalo para la proxima especie que quieras crear, de onda

viernes, 9 de mayo de 2014


En un par de minutos sale el sol 
si ya no hay nada que anestesie tu dolor 
si no llegas, si no alcanzas a verme 
tira tu cable a tierra. 
No creas que perdió sentido todo 
no dificultes la llegada del amor; 

no hables de más, escucha al corazón 
ese es el cable a tierra. 

jueves, 1 de mayo de 2014

¿Por qué se la necesita tanto a la plata? ¿Por qué la felicidad de algunos depende de ella? Son papeles de colores, che. Papeles de colores.
Siendo completamente sincera y con una mano en el corazón digo que me encantaría tener la fuerza de voluntad suficiente como para tratar de no depender de ellos. Me gustaría que fueran innecesarios, que no valgan más que una vida ni que una vida se desvanezca porque a algún inescrupuloso le están faltando papelitos. Odio el consumo, odio que me guste consumir, odio mi contradicción. Odio a estos papelitos.
Uno se cree que por tener gran cantidad de ellos, podemos creernos más o menos que otros. Qué equivocados están. Tener más papelitos juntos no te hace ser de mejor estilo, de mejor "clase", o ser mejor persona. Tampoco tenerla te hace ser una basura. Simplemente, la cantidad de papelitos de colores que tengas no van a definir tu personalidad o tu nivel de forreada adelante de otra persona que no tiene de ellos.
Por desgracia, hoy en día, esta sociedad consumista y capitalista en la que vivimos, nos exige que para poder sobrevivir tengamos muchos papelitos de colores, y me parece una mierda depender totalmente de ellos.
Empecemos a ser un poco más conscientes, ¿Alguno sabe cuánto puede llegar a costar una vida, por el sólo hecho de querer complacerse de plata? Es desgraciado todo eso, cómo la gente mata por algunos de estos papelitos de colores, que al fin y al cabo no valen un carajo, porque van y vienen, y yo ahora te digo: ¿el amor tiene precio? Hoy en día sí. ¿La felicidad tiene precio? Hoy en día sí. ¿Una sonrisa tiene precio? Hoy en día sí. Todo tiene precio, porque culturalmente lo quisimos así.
El ser humano se vuele adictivo a estas cosas, no es para nada humilde, es increíble que hasta para saciar la sed uno tenga que pagar, que digo pagar, sacarse un ojo.
Por un mundo donde los papelitos de colores sólo sean para el bien, para la supervivencia, no por codicia.

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